El estudio de la guitarra ha tomado fuerza en la actualidad no únicamente en Cuenca sino en todo el Sur del Ecuador. Hace muchos años como ya referí en en un trabajo anterior, el instrumento había caído en un olvido como instrumento de concierto. su uso estaba centrado en el acompañamiento y en el requinto. Ciudades como Quito y Guayaquil estaban mucho más adelantadas en este aspecto. Quito tuvo la suerte de contar con pioneros de la talla de Carlos Bonilla, Homero Idrovo, Terry Pazmiño, por citar a los más representativos sin desconocer que existian otras figuras emblemáticas. Sin embargo su virtuosisimo y trabajo constante hizo un camino para todos quienes los siguieron, que fueron sus alumnos y crearon las bases de una escuela con tradición. Del mismo modo Guayaquil a travéz de la llegada del maestro Ryhuhey Kobayashi durante la presidencia del Abg. Jaime Roldós Aguilera recibió un gran aporte debido a los altísimos resultados de la labor musical del citado maestro cuya escuela ha dado frutos que han representado al Ecuador ya no únicamente en el país sino fuera de sus fronteras. Sin embargo, la actividas guitarrística en el sur ecuatoriano también ha sido muy amplia. No olvidemos que por citar un ejmplo, Loja, ciudad de larga tradición musical, ha tenido siempre la presencia de la guitarra y sus buenos ejecutantes. El concertista chileno Hernán Morales Bahamondes hubo de permanecer en aquella ciudad algunos años formando los nuevos talentos y dejando como huella imborrable una escuela que hasta la presente fecha ha fructificado, sin desconocer valores locales como los del maestro Galo Terán, Soler Mendieta, entre otros que han difundido la guitarra y cultivados sus valores. Azoguez, ciudad que se encuentra a 25 minutos de Cuenca ha cultivado talento en esta rama, siendo uno de sus hijos representativos Manuel Merchán Izquierdo, músico de talento extraordinario y compositor prolífico digno hijo de su provincia. En Cuenca, hacia 1797, un ilustre abogado sevillano, tesorero de las cajas reales, el Dr. Antonio Soler, como virtuoso de la guitarra que también era, dio a conocer los recursos que este instrumento poseía dedicándose a su enseñanza y consiguiendo seguidores que formaron las bases de una primera escuela. Según relata Sixto María Durán, hacia 1823 Soler es invitado por el Libertador Simón Bolívar, quién le ofreció su amistad insinuándole quedarse como “uno de los ciudadanos más útiles de Colombia”, motivo por el que permaneció en Cuenca hasta su muerte en 1851. De allí nacerían nuevos ejecutantes, nuevos maestros e intérpretes, por eso se dice que en nuestro país, el desarrollo del estudio guitarrístico tiene sus inicios precisamente en Cuenca. Luego de muchos años, se da un renacer de la guitarra en Cuenca. Apetecida en primera instancia para la conformación de rondallas, la ejecución de música popular, de la mano de nombres como Joel Alvarado Castro, José Molina, Pancho Torres Oramas, Luis Naranjo entre otros nombres de famosos ejecutantes hacer las delicias mediante eventos públicos, las tradicionales serenatas. Sin embargo, tiempo después la presencia de Bolívar Sarmiento Regalado y Carlomagno García marcaría un antes y un despuén en la historia de los cultores de éste instrumento. Muchos de sus alumnos en la actualidad han formado a generaciones de nuevos guitarristas cuyas bondades musicales son apetecidas como cultores de la Guitarra Clásica. Diego y Marcelo Pacheco, guitarristas y compositores, en la actualidad han tomado las riendas del estudio guitarristico en el Conservatorio de Cuenca con resultados también inmediatos. Así mismo nombres de jovenes maestros, estudiantes del conservatorio y discípulos de los citados hermanos han comenzado una nueva labor de difusión de la guitarra: Freddy Bravo, Juan Esquivel, Génesis Guartán, Ivan Narvaez, Diego Morochz, Tamara Vásquez, Eduardo Sacoto, Mauricio Zari, por citar los nombres de nuevos talentos.
viernes, 8 de agosto de 2008
EL ESTUDIO GUITARRISTICO EN EL AUSTRO ECUATORIANO
El estudio de la guitarra ha tomado fuerza en la actualidad no únicamente en Cuenca sino en todo el Sur del Ecuador. Hace muchos años como ya referí en en un trabajo anterior, el instrumento había caído en un olvido como instrumento de concierto. su uso estaba centrado en el acompañamiento y en el requinto. Ciudades como Quito y Guayaquil estaban mucho más adelantadas en este aspecto. Quito tuvo la suerte de contar con pioneros de la talla de Carlos Bonilla, Homero Idrovo, Terry Pazmiño, por citar a los más representativos sin desconocer que existian otras figuras emblemáticas. Sin embargo su virtuosisimo y trabajo constante hizo un camino para todos quienes los siguieron, que fueron sus alumnos y crearon las bases de una escuela con tradición. Del mismo modo Guayaquil a travéz de la llegada del maestro Ryhuhey Kobayashi durante la presidencia del Abg. Jaime Roldós Aguilera recibió un gran aporte debido a los altísimos resultados de la labor musical del citado maestro cuya escuela ha dado frutos que han representado al Ecuador ya no únicamente en el país sino fuera de sus fronteras. Sin embargo, la actividas guitarrística en el sur ecuatoriano también ha sido muy amplia. No olvidemos que por citar un ejmplo, Loja, ciudad de larga tradición musical, ha tenido siempre la presencia de la guitarra y sus buenos ejecutantes. El concertista chileno Hernán Morales Bahamondes hubo de permanecer en aquella ciudad algunos años formando los nuevos talentos y dejando como huella imborrable una escuela que hasta la presente fecha ha fructificado, sin desconocer valores locales como los del maestro Galo Terán, Soler Mendieta, entre otros que han difundido la guitarra y cultivados sus valores. Azoguez, ciudad que se encuentra a 25 minutos de Cuenca ha cultivado talento en esta rama, siendo uno de sus hijos representativos Manuel Merchán Izquierdo, músico de talento extraordinario y compositor prolífico digno hijo de su provincia. En Cuenca, hacia 1797, un ilustre abogado sevillano, tesorero de las cajas reales, el Dr. Antonio Soler, como virtuoso de la guitarra que también era, dio a conocer los recursos que este instrumento poseía dedicándose a su enseñanza y consiguiendo seguidores que formaron las bases de una primera escuela. Según relata Sixto María Durán, hacia 1823 Soler es invitado por el Libertador Simón Bolívar, quién le ofreció su amistad insinuándole quedarse como “uno de los ciudadanos más útiles de Colombia”, motivo por el que permaneció en Cuenca hasta su muerte en 1851. De allí nacerían nuevos ejecutantes, nuevos maestros e intérpretes, por eso se dice que en nuestro país, el desarrollo del estudio guitarrístico tiene sus inicios precisamente en Cuenca. Luego de muchos años, se da un renacer de la guitarra en Cuenca. Apetecida en primera instancia para la conformación de rondallas, la ejecución de música popular, de la mano de nombres como Joel Alvarado Castro, José Molina, Pancho Torres Oramas, Luis Naranjo entre otros nombres de famosos ejecutantes hacer las delicias mediante eventos públicos, las tradicionales serenatas. Sin embargo, tiempo después la presencia de Bolívar Sarmiento Regalado y Carlomagno García marcaría un antes y un despuén en la historia de los cultores de éste instrumento. Muchos de sus alumnos en la actualidad han formado a generaciones de nuevos guitarristas cuyas bondades musicales son apetecidas como cultores de la Guitarra Clásica. Diego y Marcelo Pacheco, guitarristas y compositores, en la actualidad han tomado las riendas del estudio guitarristico en el Conservatorio de Cuenca con resultados también inmediatos. Así mismo nombres de jovenes maestros, estudiantes del conservatorio y discípulos de los citados hermanos han comenzado una nueva labor de difusión de la guitarra: Freddy Bravo, Juan Esquivel, Génesis Guartán, Ivan Narvaez, Diego Morochz, Tamara Vásquez, Eduardo Sacoto, Mauricio Zari, por citar los nombres de nuevos talentos.
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