miércoles, 1 de agosto de 2012
CRONICAS DE MUSICOS DEL AZUAY
Cuenca, se fundó el 12 de abril de 1557 y su fundador precisamente fue Don Andrés Hurtado de Mendoza, quién fuera nativo de Cuenca de España (Castilla). Esta ciudad no únicamente es legendaria por su belleza paisajística arquitectónica, sino por ser la cuna de los más notables pensadores, juristas, escritores, médicos, artistas, músicos...
Artesanos de la talla de Gaspar Sangurima, a quién, en nuestra comarca con toda justicia –conforme señala José Tarquino León- se le debe llamar el padre de las artes ya que fue el primer escultor, ebanista, joyero, herrero, carpintero, arquitecto, incluso constructor de instrumentos musicales, “y no tuvo maestros nacido en Cuenca en la penúltima década del siglo XVIII”. Aparece la figura de hábiles talladores y escultores José Miguel Vélez, Miguel Guamán, Javier Vélez, Luis F. García; Pintores como Tadeo Torres, Eusebio Alarcón, Lino Benites, Luis A. Melgarejo, Rafael Peñaherrera; Músicos que por azares de la vida y sin pretenderlo contribuyeron a la cultura del terruño como el caso del abogado español y tesorero de las arcas reales Dr. Antonio Soler, concertista de guitarra quién instruyó a talentos como Miguel Espinoza (1790) quién incluso viajó a Lima en donde mostró su arte. Así mismo, el hijo de éste último, Miguel Espinosa Reyes, otro gran guitarrista cuya fama fue enorme. Francisco Vélez (1874), guitarrista sobrino de Espinoza. Otros nombres como José Banegas, compositor y notable organista. Hermenejildo Parra, organista, José Nicolás Rodríguez Parra (1882) ejecutante de órgano, violín y Arpa; Miguel Morochi, organista; Manuel Antonio Calle, orgaista. Manuel Vázquez, requinto. Manuel María Saquicela, organista (Gualaceo). Alberto Saquicela Lituma, pianista (Gualaceo); Francisco Torres Oramas, notable guitarrista cuencano; Joel Alvarado Castro, guitarrista. Carlos Ortíz Cobos, compositor notable; Víctor Sarmiento Mora, guitarrista, violinista y compositor. Bolívar Sarmiento Regalado, fundador de la escuela de guitarra clásica de fines del siglo XX en Cuenca; Leopoldo Yanzahuano Godoy, pianista, clarinetista y compositor (Paute); Luis Sinchi Naula, trompetista, pianista y compositor (Borma); Ángel Enrique Guapisaca; Rabí, Joel y Rodrigo Sánchez Samaniego; Aurelio Alvarado Sempértegui, compositor, pianista; José María Rodríguez; Ascencio Pauta; Rafael Sojos Jaramillo; Noelia Vial, pianista; Francisco Paredes Herrera, compositor; Rubén Mosquera Crespo, pianista, compositor; Rafael Carpio Abad, pianista, compositor; José Molina, guitarrista; Genaro Molina, guitarrista y Productor musical; Diego y Marcelo Pacheco, guitarristas, compositores; Edgar Avecillas Saquicela, guitarrista compositor (Gualaceo); Williams Zaruma, compositor, productor musical (Cañar); Santiago Vanegas (pianista); Santiago Gómez (guitarrista); Jofre Mora (pianista); Patricio Mora, violinista; Esteban Montesdeoca, pianista y acordeonista; Eddy Ortega, pianista y ex rector del Conservatorio; Luis Arindia, pianista; José Castellvi Queralt, director de la Orquesta sinfónica y ex Rector del conservatorio local (España) ; Osmara de León (Carmen Villamana Bretos) maestra de danza (Cuba); Dimas Quezada, requintista; Gil Angüisaca Lineros, bandolín; los hermanos Polibio, Víctor y Félix Mejía, instrumentistas de cuerdas; Pablo Yanzahuano, violinista; Luz María Rodas, canto; Angélica Sánchez, pianista; Heliodoro Vanegas, violinista; entre los muchísimos nombres de cientos de artistas y músicos cuencanos de todas las épocas que con su actividad sea de intérpretes o de docentes han contribuido al desarrollo cultural de la región, pues, contrariamente de lo que se decía antaño, la actividad artística es una de las más complicadas de cultivar, pues, se requiere talento, inteligencia y dedicación que no siempre se encuentran en quienes cultivan otras profesiones liberales pues, hermanas de las Matemáticas y la Aritmética son la Armonía, el Contrapunto, la Fuga y el Análisis. De igual modo, la Historia no únicamente alcanzó a los movimientos políticos, sociales y revolucionarios sino que hizo una parada –y no tan breve- sobre los acontecimientos musicales a lo largo del tiempo situación de la que también la sociología realiza análisis exhaustivos realizando en éstos últimos años contactos con la Informática para crear herramientas y aplicaciones poderosas al servicio de la creación, entre otras cosas que simplemente demuestran que ser músico no es tan fácil.
En la actualidad la mentalidad del común de los ecuatorianos se ha abierto frente a la últimas transformaciones que tienden a resaltar la actividad y producción artística nacional. Recordamos que antes ser músico, para y según algunos "entendidos en la materia", era exclusivamente un pasatiempo o un pretexto para alejarse del seno del hogar a pasar momentos de bohemia y nada más. La paga, si es que la había, era escasa. Incluso se contaban historias de músicos a los que durante sus actuaciones les ofrecían a beber licor en abundancia para luego pintarles la boca con color o achiote y decirles que ya les habían dado de comer y exigirles una hora o más tiempo de trabajo por lo menos. Son los relatos de nuestros abuelos.
Sin embargo hoy, la actitud del artista es otra, pues las universidades ofrecen la Música y el Arte como una nueva alternativa laboral con licenciatura hasta llegar a la Maestría, con proyección al Doctorado o Phd. Por tanto esto consigue cambiar la mentalidad del músico pues le abre nuevos horizontes. Y digamos la verdad: el Ecuador requiere profesionales en música pues, el arte necesariamente debe estar ligado a la formación integral del ser humano, pues la patria tiene su historia y posee una riqueza inmaterial incalculable que es su CULTURA y TRADICIONES. El artista, el músico debe recordar que hacer arte no únicamente es pintar o tocar un instrumento o bailar o soñar. El arte se nutre del razonamiento lógico y propuestas fundamentadas. Ocurre como en otras ramas como por ejemplo el Derecho: que sería de esta disciplina si no conocieramos su historia o de las instituciones jurídicas o los grandes pensadores. Por ello, cuando logremos redescubrir y poner en evidencia estos elementos podremos mostrarnos tal y cual somos: un pueblo sencillo pero rico en cultura. El hombre siempre tiene que tener algo bueno dentro de sí.
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