miércoles, 10 de diciembre de 2008

EL CONSUMO DE MUSICA CHATARRA: UN PROBLEMA MUSICAL CONTEMPORANEO


Por: Diego Pacheco Barrera

ANTECEDENTES:

Dentro del sentido estrictamente estético, tradicionalmente la Música ha sido definida como “arte de expresar sentimientos sirviéndose de la combinación de sonidos con ritmo y armonía”. De ahí que, durante la mayor parte de la historia de la humanidad en cada época, en cada sociedad y en cada cultura han existido diferentes formas musicales, con sus propias particularidades, con su propia sociología, su propia estructura que en principio marcan innumerables diferenciaciones que llegan a explorar el concepto mismo de belleza toda vez que éste no es el mismo dentro de cada grupo social ni dentro de cada marco y contexto histórico. Sin embargo la modernidad fue creando una serie de estereotipos que marcaron época y señalaron una idea un tanto estándar sobre lo que debía contener una creación de esta naturaleza. Viene a nuestra mente la idea de un Franck Sinatra interpretando “New York, New York”, un Aldemar Dutra, Hernán Kafaro, y para recordar modelos aún vigentes –y subsistentes- Nino Bravo, Joe Dasin, entre otros miles. En el caso de la cultura musical ecuatoriana pues seguro estoy que no pocos recordarán las letras de composiciones hechas por gente de la talla de Segundo Cueva Celi, Enrique Espín Yépez, Cristóbal Ojeda Dávila, Bolívar Ortiz, Víctor Valencia en donde los textos tienen un aura de “permanencia” entendiéndose a ésta como aquella que nos permitirá escucharlas en cualquier época, tiempo y lugar y –tal vez- no perderán su trascendencia. Pero en el fondo parte de la problemática que en primera instancia se refleja es el porqué de esta permanencia. ¿será acaso el reflejo de una sociedad que no era tan sujeta a ese esquema de la “velocidad” y cambios radicales al que está sujeta la sociedad actual? Fue dicho que el mundo contemporáneo es el fruto de una larga transformación de la forma de vida del ser humano. Esta rapidez vertiginosa con que la información se distribuye afecta a todos los ámbitos de la vida y es lo que ha hecho concebir una estética de la velocidad a Paúl Virilio. ¿Hacia dónde nos lleva la velocidad? Seguramente a ninguna parte ya que lo que importan son los procesos, no los fines. G. Lipovetsky, autor de La Era del Vacío “describe un nuevo fenómeno que refleja bien esta característica: el 'zapping', que surge gracias a la proliferación de cadenas de televisión y la aparición del mando a distancia; consiste en pasar de una a otra cadena sin ninguna finalidad aparente, por la pura fascinación de las imágenes. Podría decirse que el gusto por lo nuevo ha desembocado en el gusto por lo efímero. Si no hay más que intercambios lo único que importa es la velocidad del mismo. En fin, todo vale; pero es entonces cuando se puede decir que nada vale verdaderamente, es la era del sucedáneo, de lo light. Se terminó la era del ser para comenzar la del estar; pertenecemos a una época en que lo importante es estar, estar en las estadísticas;” Sin pretender apropiarnos de un ejemplo que cita Jesús Ángel Martín pero aplicándolo a nuestro caso concreto podemos estar de acuerdo o en contra de “modernizar” o “actualizar” nuestra música o cualquier forma musical predominante por impacto de la moda sin embargo no importa por qué. No es músico el que pasa – o pasó- largas horas en un centro de estudios especializado, sea conservatorio o Universidad para aprender el arte y la ciencia de la Música, lo que importa es salir en televisión, ser el más popular en la radio –ahora también en Youtube- y para terminar de citar a Martin por completo: “Es la esencia de la prensa amarilla -que se extiende cada día más- cuya ocupación, más que en relatar acontecimientos, consiste en contar quién asistió a tal fiesta y quién no”. En su obra “La Era del Vacío” plantea que ”La moda es vista como una salida del mundo de la tradición, como la negación del pasado, la fiebre de las novedades, la celebración del presente social” .


HIPOTESIS:

La música se constituye en un bien inmaterial de consumo y caducidad inmediata?

MUSICA CHATARRA:
La sociedad actual, víctima de los estragos de índole social en donde necesariamente se incluye el acelerado desarrollo de la tecnología y las comunicaciones que posibilitan que la información se envíe a velocidades antes in imaginadas, en donde medios como Youtube, por citar un ejemplo, se convierte en una forma gratuita de publicidad ya no únicamente para artistas y músicos aficionados como en un inicio sino del cual aprovechan artistas de renombre para dar un valor agregado a su carrera y no obstante continuar percibiendo cantidades astronómicas por realizar presentaciones en vivo en cualquier lugar del mundo. Que decir de las famosas redes sociales. En consecuencia, éste primer antecedente diríamos involucra la necesidad de un cambio mucho más precipitado, rápido, acorde a la velocidad con que se vive producto de la sociedad de la información y el avance de las TICS (tecnologías de la información y el conocimiento). Y éste fenómeno se hace latente en la forma de manifestarse la música tanto en el plano estético y como forma de expresar la problemática de una sociedad globalizada. Las composiciones musicales actuales a diferencia de las de antaño no revisten ese carácter de permanencia. No es que a los compositores y autores se les haya “secado el cerebro” y no pueden extraer las mejores ideas creativas a fin de que sus creaciones revistan un carácter de universalidad y permanencia. Al contrario, muchos de ellos son consumados creadores, incluso con estudios a nivel académico. Otros simplemente poseen un talento natural. Sin embargo producto de esta sociedad víctima de los estragos de la velocidad con que se vive sabe que a ciencia cierta la cantidad inmensa de información que a diario recibimos, las condiciones socioeconómicas de cada grupo social y cultural no son las mismas y a cada instante crean nuevas necesidades no únicamente dentro de la rutina vivencial sino también dentro de las necesidades de lo estético. Así mismo junto a esta problemática tiene mucho que ver la crisis social y de valores en sociedades como la nuestra en donde las múltiples necesidades originan que, por citar un ejemplo, se produzca la migración sea legal o ilegal quedando grupos familiares desarticulados creándose ambientes propicios para el alcoholismo, prostitución, drogadicción. Todo esto crea y forma parte del entorno que rodea a lo que yo llamo MUSICA CHATARRA: música basura, y para no utilizar dicho término en forma que pueda sonar demasiado dura, “música de consumo y caducidad inmediata”, toda vez que si su popularidad –no importa si para unos es bonita o para otros fea, alegre, triste- sujeta al paso del tiempo, en determinados instantes puede compararse a un evento de trascendental importancia, siempre tiene fecha de caducidad. Llegada la fecha de vencimiento sucumbe ante otras de similares características e idéntico destino, dejándonos con la idea de música pop, rocolera, actualmente el tan trillado raeguetón, hace poco tiempo el rap, tecno cumbia, “tecno chicha” entro otras tantas que tienen una efímera existencia a pesar del bullicio con el que nacen al mundo de la realidad. En el caso del Rizoma, su autor nos invita a renunciar a las creencias, las cosas simplemente son.
El Imperio de lo Efímero, de Gilles Lipovetsky es un ensayo sobre como se crea una sociedad que admite la moda como expresión de libertad individual, y de como influye la moda en los distintos estamentos de la sociedad moderna. Nuestra sociedad ecuatoriana está influenciada por la moda. Al ver la realidad no pocos diremos que no, y es ésta tal vez la causa, el orígen de la llamada “música chatarra”: el resultado de estar a la moda. Así mismo, Internet justifica un nuevo cuadro de necesidades para el ser humano, mismas que deben ser satisfechas, en el caso de la música, la necesidad de novedad que implica también estar a la “moda”. Según Lipovetsky, ": “La era postmoderna esta obsesionada con la información y la expresión, donde todos podemos ser el locutor y ser oídos… “La moda invade nuevas esferas dentro de todas las capas sociales, y todos los grupos de edad. La moda es celebrada, y provoca el reflejo crítico antes que el estudio objetivo” . Continúa Lipovetsky “Dentro del reino de la moda: el ocio, la fugacidad de imágenes, la seducción distraída de los mass media, solo pueden desestructurar el espíritu. El consumo es superficial, vuelve infantiles a las masas, el rock es violento, no verbal, acaba con la razón; Las industrias culturales están estereotipadas, la televisión embrutece a los individuos y fabrica gente “descerebrada”. Lo superficial pasa a ser la verdad histórica de la era de la seducción generalizada”. En el tema propuesto me pregunto si alguno de nosotros al escuchar esas creaciones musicales que a cada instante bombardea nuestras mentes y nos acompañan en la oficina, el autobús, el cine, en fin, cuestionamos su sentido estético de perennidad o lo aceptamos tal como viene. Opino que en un porcentaje mayoritario terminamos tomando la segunda opción, aceptándolo de manera fugaz y sin esperanza alguna de que se trate de un fenómeno duradero. Se trata de canciones y música. ¿Importa el procedimiento para producirla? A mi modesto criterio considero que no. Al consumidor potencial no le interesará la manera como fue creada la obra u obras musicales, ni el ritmo, ni la letra, si es triste o alegre. Es únicamente música, con sus correspondientes líneas de fuga, de escape, y yo diría de expresión: las formas musicales que en la sociedad actual revisten un carácter fugaz sin querer menoscabar a sus antecesoras que logran trascender en el tiempo y el espacio, lo que da origen a su multiplicidad y en el dondo a su finalidad estética.
CLASIFICACION:

A mi criterio no existe una clasificación. La enumeración que hice en el inciso final únicamente busca ejemplificar las posibilidades en que se puede presentar la línea de fuga del rizoma Música, pues ésta como tal siempre existirá amén de las formas que pudiese adoptar conforme las necesidades estéticas del hombre y su entorno. Actualmente, debido a que la realidad de la sociedad implica un proceso de cambios drásticos y rápidos en todos los ámbitos, la música más que ser considerada un elemento estético se ha convertido en un arte susceptible de comercio y explotación económica que va de la mano con fenómenos como la piratería, el desarrollo de software, la política, el comercio electrónico, la migración y todas aquellas categorías con las que antes ni siquiera hubiere soñado vincularla formando de un todo que constituye su entorno, de tal forma que si cualquiera de esas manifestaciones llega a sucumbir por el paso del tiempo sigue subsistiendo el concepto mismo de música, no en vano en el Rizoma se plantea que “siempre que una multiplicidad está incluida en una estructura su crecimiento queda compensado por una reducción de leyes de la combinación” sustrayendo lo único de la multiplicidad a constituir, pues a mi criterio y en aplicación del ejemplo que se señala en el último inciso de la página 12 del Rizoma, también la Música abordada en conjunto es un rizoma pues no importa aquí el género ni la extensión, existe un concepto único y universal. Que el rizoma música tenga formas muy diversas, sus propias líneas de fuga, ya no viene al caso porque cada rizoma engloba lo bueno o lo malo, lo mejor y peor de cada fenómeno y de igual manera con diferentes puntos de conexión. Si el rizoma se rompe o interrumpido puede recomenzar desde cualquiera de sus líneas. Si el concepto de Música en cualquier instante desaparece esto no significa que deje de existir. Puede darse el caso de que sea origen de nuevas formas toda vez que no deja de reconstituirse, lo que se relaciona con el llamado “Principio de ruptura asignificante” que Deleuze propone a fojas 15 de su tratado. No desaparece el rizoma música porque siempre existe su necesidad como finalidad estética del hombre, tal veéz y –momentáneamente- desaparezca alguna de sus líneas de fuga pero no significa que no reaparezca o se produzca una renovación.

En nuestro medio, concretamente el Ecuador, en donde una forma musical predominante fue el pasillo creado con elementos de alta musicalidad y contenido literario de gran valorl en la actualidad esta forma de expresión subsiste con un hermano no gemelo sino “mellizo”: el pasillo “de rocola”, “de cantina”, en el cual los contenidos literarios y musicales distan en cifras astronómicas a su hermano mayor. Y no hablar de otras formas musicales propias de nuestro país que también mantienen estos lazos de informal parentesco con otras y que en su turno son mothvo de crítica por estudiosos de la música. De igual manera ocurre con música de otras latitudes en donde la valoración de lo estético ha cambiado en función a lo que en líneas anteriores he planteado como parte de la problemática. La idea de lo estético dentro de la música aparentemente puede que para unos desaparezca, sin embargo la música como tal existe y reaparece, ya no naturalmente con la intención que permanezca por largo espacio temporal sino que nace en forma fugáz y de igual manera se extingue. L` influencia del elemento sociológico es enteramente notable. Muy diferente era para una sociedad que sus varones pretendan enamorar a la mujer amada a ritmo de un bolero y la que se produce actualmente: al son de un “raeguetón” o de un “perreo”. Obviamente en las dos existe notable diferencia pero en el fondo pertenecen al rizoma “música” considerada dentro de su línea de fuga más antigua: la danza de cortejo. Dicho de otra manera, el rizoma música aplicado al caso concreto en la actualidad crea sus propias líneas de fuga. Por tanto, para el autor "Un rizoma no comienza y no termina, siempre está en el medio, entre las cosas, es un ser-entre, un intermezzo. El árbol es filiación, pero el rizoma es alianza, únicamente alianza”.
“Y un rizoma puede revestir las formas más diversas, desde una amplísima expansión de sus entramados en todas las direcciones – lo que vemos en la superficie – hasta nudos de condensación en sus cebollas u otros bulbos .


LA CONCEPCION ESTETICA:

Me pregunto cuales son las diferenciaciones desde el punto de vista estético entre la clase de música que en mis primeras líneas señalé y las que son materia de este ensayo. Trato de contestarme yo mismo y he de entender que la concepción de lo estético como arte de lo bello varía conforme varían las épocas y las sociedades. Si bien es cierto que no es lo mismo entre ver la escena de una mujer próspera, que creció en un medio que le supo ofrecer múltiples oportunidades y le permitieron crecer y realizarse, que ver en otra escena a la misma mujer, nacida en un medio hostil –el campo quizá- sin posibilidades económicas, ni de realización personal, por citar un ejemplo visto en clases, la idea de belleza sin importar el espacio de temporalidad ni físico siempre es lo mismo, es la finalidad de la aspiración del espíritu humano ante la realidad a la que enfoca su atención. De esta manera, la música aparece como sustento de un medio caracterizado por situaciones inherentes al espacio temporal, político y social en que se desenvuelve. Cuando escucho la banda sonora de “Star Wars” compuesta por John Williams, rápidamente asimilo al ambiente que se describe dentro de cada contexto visual acción-reacción y de ficción-imaginación. No se describe el elemento estético aquí sino el ambiente que representa cada escena. La música que es objeto de este ensayo tiene a su modo su finalidad estética, que si bien es cierto es ajena a la calidad de permanencia, pretende reflejar elementos de la realidad o representarla conforme a la valoración que cada autor tenga de lo que en ella aparecerá como bello. Por tanto, el problema que deviene de la música a la que yo denomino “música chatarra” no radica en que si será bonita, fea, recomendable o no recomendable, social o antisocial, sino obedece a una finalidad que pretende reflejar, la actual realidad social, la época de la velocidad. Esto hace posible que precisamente sea música que al margen de que sea compuesta siguiendo los lineamientos técnico-compositivos, académicos o empíricos permanezca en el imaginario popular, al menos por determinado tiempo. Dato curioso, la música chatarra también es consumida por músicos académicos, con lo que pretendo demostrar también que parte de esa finalidad es satisfacer una necesidad de orden estético que sin diferenciar estatus, rango o condición todos la tenemos. Recordemos: no es la forma sino el fin, por tanto no existe diferencia. La idea metafórica del “rizoma” no presupone un sujeto observador separado, individualizado y distinto de la realidad que observa, sino ayuda a concebir al observador, o a la comunidad de observadores (comunidad científica) como inmersos ellos mismos en una red, en constante flujo y cambio, de relaciones de interdependencia en las que las “operaciones de observación” (incluyendo ahí el trabajo de construcción a nivel de percepción o de posterior conceptualización e interpretación) no son algo separado o “distinto” esencialmente del resto de las operaciones en que se mantiene y desarrolla vivo el entramado del “rizoma” total de materia, vida, y toma de conciencia de ese cosmos en las construcciones científicas, filosóficas o religiosas hechas desde el interior de ese cosmo-rizoma que es la realidad”. Nosotros en nuestro medio no somos parte ajena del fenómeno que yo llamo música chatarra porque de una u otra manera todos la consumimos, nos divertimos, nos enamoramos, lloramos, reímos con ella, no importa si nuestra formación académica en el ámbito musical sea mayor o menor, toda vez que, conforme un día planteó Gilles Lipovetsky, la moda cambia, pero sus explicaciones siguen siendo las mismas .
Por todo lo expuesto, la música “chatarra”, efímera, también se desterritorializa y somos nosotros quines ayudamos a este proceso: La convertimos en parte de nuestra vivencia cotidiana e interrelación con el medio. Se vuelve en una imagen de nuestra realidad del momento, la música mostrará un ambiente festivo y produce la sensación de beneplácito en el oyente, y ambos elementos harán rizoma, a nivel de estratos naturalmente.

APLICACIÓN DE LA CONCEPCION DE DELEUZE


Deleuze al utilizar este término busca explicar un tipo de lazos entre contenidos cognoscitivos que contraponen al tipo de articulación de contenidos más usual - en ramificación progresiva desde un concepto inicial, como tronco del que van surgiendo ramas que a su vez se dividen en ramas menores etc.

Entonces, ¿Cómo puede justificarse la problemática de lo que yo denomino Música chatarra"? El Rizoma Música existe: y sus líneas de fuga son las diversas formas y subformas de carácter efímero traducidas en géneros musicales que forman parte del imaginario popular -y a veces personal- y que se desterritorializa al verse convertida en un reflejo fugaz de nuestra vida cotidiana, producto de ese culto a la moda y lo efímero.
Señala Lipovetsky: "La seducción y lo efímero se han convertido en el principio que organiza la vida colectiva moderna; una sociedad dominada por la frivolidad. Este auge de la seducción ha aniquilado la cultura. La moda se presenta como el agente por excelencia de la espiral individualista y de la consolidación de las sociedades liberales".
Por lo tanto, ante la hipótesis planteada de si "¿La música se constituye en un bien inmaterial de consumo y caducidad inmediata?" plantearemos que siendo un bien inmaterial a la sociedad contemporánea no le interesa como tal si la Música tiene o no un ámbito de permanencia o si está estructurada de manera técnica. La fascinación por la moda va rompiendo esquemas que antaño eran los dominantes, esto es, la música destinada a perdurar. Las necesidades estéticas difieren según el momento histórico y hoy, época de la velocidad a la que la información se distribuye afectando a todos los ámbitos de la vida. Esto afecta también al fenómeno musical. La búsqueda de novedad revestida de inmediatez no crea diferencias en el rizoma "música chatarra". Las líneas de fuga son innumerables y crecen constantemente. La música chatarra se desterritorializa al verse como un reflejo de las nuevas necesidades del hombre pero como antaño, la necesidad estética es la misma. ¿Podemos hablar de caducidad inmediata? Conforme a lo que plantea Deleuze, existe un principio de ruptura asignificante. Concretamente si un rizoma puede ser roto interrumpido en cualquier parte, pero siempre recomienza según esta o aquella de sus líneas y según otras. Recordemos el ejemplo de las hormigas. El mundo contemporáneo y sus nuevas realidades pueden interrumpir -si se quiere utilizar esta expresión- las formas en que este nuevo concepto de música se manifieste, así mismo la composición de X grupo o artista pueden desaparecer, más las tendencias musicales propias de esta época de consumismo, moda y velocidad hechas rizoma no. Caducidad inmediata de la forma como tal puede existir más no de su rizoma. Sus líneas de fuga hacen que se mantenga no por la belleza en si sino porque es una necesidad de la sociedad actual como forma de expresión. Subsiste la necesidad estética como finalidad.

"La moda, igual que el ave fénix, siempre renace de sus cenizas. La era de la moda ha contribuido a construir un espacio público abierto, a modelar una humanidad más legalista, mas madura, más escéptica"

Me pregunto los dignos representantes de esta corriente, hoy en plena moda, un día no muy lejano serán recordados como un acontecimiento como ocurre con The Beatles, Abba, o todos esos grandes nombres que no sucumben con el paso del tiempo… Digo nombres? Queda de tarea


BIBLIOGRAFIA


"El Rizoma" PaúlDeleuze

CIBERGRAFIA

Gilles Lipovetsky, “El Imperio de lo efímero”. Crítica de Alberto Sauret. Internet: Altillo.com

Wikipedia.com

Lipovetsky, “La Era del Vacío”. Analizado por Diana Lacal. 2005. Internet: Altillo.com

Jesús Ángel Martín Martín: Fin del milenio y nueva conciencia - La nueva concepción del arte. Internet: http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/contenidos.html

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